Si. Sin la mínima duda.
Y es que a ella no le importará que tengas 10, 20, 30, 40, 50 o más años, para ella siempre serás su bebé, sin importar si estás en la calle con tus amigos, ebrio, molesto o triste, o si eres el presidente de la república, un magnate de los negocios, un general, lustrabotas o carpintero, para ella siempre serás su bebé.
Te dará la bendición en media calle frente a todos, le saldrán lágrimas en el terminal cuando viajas y sentirá el corazón se le triza cuando te vas de largo viaje.
Y también, si te portas mal estando grandote, ella te reprenderá y quizá te de un jaloncito de orejas porque para ella, siempre, siempre serás su bebé.
Ella es tu mamá, el guerrero mas grandioso que a creado Dios para nuestra especie humana.
Hay una leyenda que cuenta que un niño le pregunta a Dios: “me han dicho que me estás enviado a la tierra mañana, pero como voy a vivir si seré tan pequeño e indefenso?”.
Dios le responde: “tú ángel te estará esperando y cuidará de vos”.
El niño preguntó nuevamente: “pero dime, aquí en el cielo no tengo que hacer nada más que sonreír y cantar”. Dios le dijo: “tu ángel sonreirá por vos y cantará por vos y sentirás su voz y su amor y temblarás de felicidad”.
Nuevamente el niño preguntó. “y como voy a entender a la gente cuando me hable si yo no entiendo su idioma?”, Dios respondió: “tu ángel te dirá las palabras más hermosas y dulces que jamás abras escuchado, con tanta paciencia y cariño, tu ángel te enseñará como hablar”.
“Y como hare cuando quiera hablarte?”. Dios respondió: “tu ángel acomodara tus manitos juntas y te enseñará a rezar”.
“Y quien me protegerá” dijo el niño; Dios respondió: “tu ángel te defenderá aunque por ello ponga en riesgo su vida”.
“Pero yo siempre estaré triste porque ya no te veré” continuó preguntado el pequeño, y Dios le contestó: “tu ángel siempre te hablará de mí y te enseñara el camino de vuelta a mí, aunque yo siempre estaré a tu lado”.
Hubo en ese momento paz en los cielos, pero las voces de la tierra podían ser escuchadas y el niño apuradamente preguntó otra vez: “Dios, si voy a irme ahora a la tierra, por favor dime el nombre de mi ángel”, y Dios respondió; “simplemente le llamarás mamá”.