Discutes con tus amigos alta filosofía, astronomía o política y pasa una chica así por la vereda. Todos los argumentos y contraargumentos carecen de sentido entonces: Quantum, Big Bang, el presidente o alcalde, Keynes o Friedman existen desde cero pa´trás.
Ella origina el Big Bang con su paso y mientras en vos, en la estática de tu mirada se crea un nuevo universo. Ella, tal cual Dios, flota en nuestra miseria y desaparece, dejando solo el lejano sabor de flores candentes cantando en la sangre.