Nadie sabe como llego allá, pero el cachorro estuvo encaramado algunos días en las alturas y sus gemidos lastimeros llamaron la atención de algún buen samaritano que no tardó en llamar al 911 el día Miercoles pasado, 10 de Agosto.
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Al igual que la mayoría de abogados estudiaron esa carrera por instinto dictado por su gen, en el cual consciencia y materia se funden, el bombero escogió esa carrera porque su corazón es algo mas grande que el de los otros humanos, su instinto es auxiliar, proteger, salvar vidas.
Y esas vidas incluyen la de los animales. El gran Mahatma Ghandi decía: "un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales".
Así que allá ascendieron dos miembros del Cuerpo de Bomberos Cuenca, a una peña empinada de unos 60 metros que descansa sobre la vía, en la Avenida de Las Américas y LLaviuco usando técnicas aprendidas para socorrer humanos llegaron a el y el no opuso resistencia, se dejó rescatar y con confianza, abrazado de su nuevo amigo humano, descendieron a la vía en donde personal de la Fundación ARCA, organización cuencana que se dedica al rescate de perros y gatos, quedó al cuidado de la mascota.
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