José M. tiene 60 años de edad, está casado y su profesión actual es amo de casa. Él es uno de los 768 hombres que el último año se afiliaron a nivel de país como trabajadores no remunerados del hogar, según datos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS.
Hasta hace dos años José se desempeñaba como guardia de seguridad, antes fue chofer y joyero. Asegura que trabajó desde los 12 años y nunca en su casa faltó un plato de comida para sus dos hijos, ahora profesionales, quienes le ayudan con los gastos del hogar.
El recuerdo de su última jornada de trabajo no es nada grato. Su esposa sufrió ese día una trombosis cerebral que la dejó en una silla de ruedas. Casados desde hace más de 40 años no pensó dos veces en dedicarse a tiempo completo a su compañera de vida.
Se afilió, comenta, para no perder la jubilación. Según el IESS la afiliación como trabajador no remunerado del hogar le permitirá a sus 65 años acogerse a la jubilación por vejez así como otros beneficios en caso de viudez o incapacidad.
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Otro de los afiliados es Carlos C., quien a sus 56 años cuida a tres de sus hijos y dos nietos a tiempo completo. Su esposa emigró a España hace 16 años y tras tener problemas de comportamiento de sus hijos mayores, la pareja decidió que él se dedique al hogar.
Su jornada empieza a las 06:00 con la preparación del desayuno y termina a las 22:00 cuando su segundo hijo regresa de la universidad.
Entre hora y hora lleva a sus nietos a la escuela, prepara el almuerzo, limpia la casa, ayuda con las tareas de los más pequeños, prepara la cena, recoge todo y cuando tiene tiempo libre hace joyas para no olvidar el que por varios años fue su oficio.
“No es fácil, es realmente un trabajo a tiempo completo que me tocó asumir por cariño a mis hijos, no tiene paga pero tiene una recompensa bien grande que es el amor de ellos”, comenta Cabrera.
Roles
Ninguno de ellos accedió a que su rostro sea publicado por una razón en común: evitar las burlas de sus amigos y conocidos.
Para Jacqueline Arévalo, docente de la carrera de Género y Desarrollo de la Universidad de Cuenca, este comportamiento obedece a que “aún vivimos bajo un sistema donde el machismo es inconsciente incluso con los hombres, que tienen miedo a mostrarse por la crítica”.
Añade que “la sociedad clasifica al hombre que se queda en casa como un mantenido y no es así, las labores de cuidado son igual de importantes pero la sociedad las ha relegado a un nivel inferior porque estaban destinadas a la mujer”, explica la docente universitaria.
Arévalo explica que a pesar de que este cambio de roles “aún se guarda en secreto”, es una realidad en crecimiento y demuestra que “nuestra sociedad va madurando hacia un mundo más equitativo”.
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Trabajo no remunerado del hogar
Mañana se cumple un año desde la aplicación de la afiliación al IESS para quienes se dedican al trabajo no remunerado del hogar.
El aporte mínimo para las personas que se acogen al programa es de dos dólares, monto al que el Estado suma 9,73 dólares para un aporte total de 11,73 dólares, valor que puede incrementarse dependiendo de los ingresos del hogar.
La afiliación permite acceder a la pensión jubilar por vejez, muerte o invalidez que produzca incapacidad permanente total y absoluta, así como un subsidio para funerales.
La pensión puede ir desde el 25 por ciento de un salario básico en adelante, según lo aportado por el afiliado.
http://www.eltiempo.com.ec/noticias-cuenca/192065-ma-s-de-700-afiliados-como-amos-de-casa/