Uno de los efectos colaterales que trae el Estado de Excepción (EE) ordenado por el gobierno ecuatoriano ante los acontecimientos de violencia ocurridos en los últimos días en el cantón de San Juan Bosco, es el de la suspensión de actividades tanto públicas como privadas en las cuales exista agrupación de personas, significando esto un grave daño para la economía provincial.
Insólito: por primera vez en la historia provincial, no se realizarán pases del niño ni años viejos. En la gráfica, apreciamos un Año Viejo realizado por moradores del Barrio Norte a la Radio Limón en el año 2006
En ciudades como Macas, capital de la provincia, se habían anunciado la inauguración de obras como calles asfaltadas con semanas de anterioridad, mismas que han sido suspendidas y aplazadas para fecha posterior a los 30 días que rige el EE.
En otras como en Limón Indanza, la suspensión de bodas programadas con esmero para estas fechas, bautizos y otros eventos sociales, son aceptadas con resignación y también molestia.
Lo imperdonable sin embargo es, que los tradicionales Pases del Niño y los eventos del año esperados con ansiedad por todo ciudadano como lo son La Navidad y el Año Viejo, en este 2016, serán solo recuerdos para los habitantes de esta zona.
Es indudable que el flujo de visitantes aumenta la población de los diferentes cantones moronenses en gran porcentaje y ello demanda que los servicios de comida, hospedaje y entretenimiento, motores de las economías locales, aumenten la demanda de productos tales como leche, carne, queso, mano de obra, entre otros, con lo cual el circulante de efectivo se revitaliza y de lo cual, todos los moradores de los diferentes cantones salen ganando.
Nos quedará reunirnos en familia y mirar con envidia por televisión o por internét celebrarlos a otros pueblos que incluso estando en guerra, vivirán el espiritu navideño y de fín de año; a veces, haciendo tregua entre enemigos.
O, nos quedará salir fuera de nuestros queridos cantones provinciales a pasar la Navidad y el Año Viejo como sugieren algunos ciudadanos en Gualaceo u otras ciudades que no hayan tenido el infortunio de ser premiadas por soportar la crisis económica o como a usted guste llamarle, con un Estado de Excepción.
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