Familia guayaquileña fue de paseo a Nueva York y se contagió de COVID-19; el papá falleció y su hija pide ayuda para retornar y traer sus cenizas.
Vieron su cuerpo por última vez ayer, horas después de que falleciera tras ser internado con una neumonía causada por el COVID-19.
Parecía un mal sueño donde todo pasa de forma rápida y sin tiempo para asimilar la nueva realidad, en un país ajeno, sin familiares, con leyes y trámites distintos por cumplir. Y también con una deuda económica a cuestas, en medio de aquel dolor que crece y que a ratos ahoga.
Doménica y sus padres, Franklin y Glenda, viajaron el 22 de Diciembre de 2020 a Nueva York, Estados Unidos, para pasar juntos unos días de vacaciones, respetando y cumpliendo las medidas y protocolos de bioseguridad en este tiempo de pandemia por el coronavirus, causante del COVID-19, sin imaginar que días después de estar allá comenzarían a sentirse enfermos.
El 27 de Diciembre, Glenda, la mamá, se puso mal. Daba un paso y le faltaba el aire. La llevaron al hospital porque necesitaba oxígeno. La internaron y ahí le dijeron que tenía COVID-19. Y el resultado fue el mismo para los otros dos miembros de la familia Terán Monar, oriunda de Guayaquil.
Franklin, su esposo, y Doménica, su hija, se quedaron en un hotel cercano para movilizarse más rápido y con facilidad hasta el hospital.
Mientras Glenda luchaba por su vida, tenía neumonía y estuvo una noche en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), Franklin presentaba al inicio una especie de tos ligera. Él fue fuerte en los primeros días en que estuvo hospitalizada su esposa y al parecer no quería dejar a su hija sola, en un país ajeno, comenta un familiar en Ecuador.
A la semana, Franklin empeoró y llegó al hospital en una ambulancia. Su cuadro: neumonía por COVID-19.
Con ambos padres hospitalizados, que no hablaban inglés, solo español, y aislados y sin poderlos ver, solo por videollamadas, la joven pedía por su pronta recuperación, mientras virtualmente les servía de traductor para médicos y enfermeras.
La madre, Glenda, logró salir del hospital hace una semana, pero él se quedó internado y tuvo que ser intubado la noche del 17 enero, tras entrar a UCI.
"Mi papi sufrió muchísimo porque (antes de ir a UCI) tenía episodios de ansiedad muy largos y fuertes, él intentaba quitarse todo y gritaba que todo le dolía", cuenta Doménica a este Diario, a través de WhatsApp. Ella no sabe cómo se contagiaron porque todos se cuidaban, dice. Cree que quizás el virus estaba en el ambiente.
A las 03:00 del 18 de enero, Doménica recibió una llamada de la doctora que le decía que el corazón de su papá no resistió más y que intentaron todo por reanimarlo, pero no respondió y su vida se apagó a la 01:30.
Doménica, abrumada, escribió, horas después, parte de su historia en la plataforma estadounidense GoFundMe, que permite recaudar fondos por internet para diversos fines, pues en Estados Unidos deben quedarse un mes más hasta obtener todos los documentos y las cenizas de Franklin.
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