Roque Cárdenas, migrante limonense en New York comenta que salió de la fauce de la muerte. A sus 63 años, 20 mas que su sobrino Pedro, sobrevivió al infierno para contarlo. Su sobrino, quien también migró de Limón a New York hace 18 años, no corrió igual suerte.
Al inicio de su infierno, comenta Roque a Radio Limón con voz entrecortada y gutural, producto de los estragos del coronavirus, empezó a sentir dificultad al respirar, luego tos seca, naríz reseca, dolor de hombros, dedos, cabeza concentrandose en la nuca, fiebre intensa, infernal.
Había intentado ir a un hospital cercano, pero presenció que no había ni siquiera sillas para sentarse y cientos de enfermos en espera. Los doctores le dijeron que estaría mejor en casa.
Como cualquier ecuatoriano, trató de curarse con aguitas, luego cuando la fiebre ya quemaba y no encontraba sosiego ni parado ni acostado, miró un video en el cual, un médico mexicano indicaba que se podía matar al virus inhalando aire caliente de un secador de pelo. Lo hizo.
Tambíen realizaba baños de vapor al cual, agregó Vick Baporub. Pese a que la desesperación inundaba su mente, tenía fe en Dios.
Buenos tiempos. Roque (izquierda) junto a su sobrino Pedro
Al segundo día con su propio tratamiento, llevado de modo intenso, empezó a notar que la fiebre bajaba y la tos seca y naríz reseca bajaban de intensidad. Al tercer día, tuvo hambre. Todo el tiempo, bebía mucha limonada con gengibre y miel, agua caliente y Tylenol.
Su sobrino Pedro Rafael Cárdenas de 43 años, casado y padre de 3 niños, no corrió con la misma suerte pese a ser mas joven. El 24 de Marzo fue diagnosticado con el Covid-19.
Al parecer, se había contagiado en una cena con amigos. El fallece a las 3 de la tarde del Miércoles 8, luego de agonía de dos semanas, en el Wyckoff Heights Medical Center, justamente cuando la nieta de Roque y prima de Pedro, llegaba al mundo.
Ninguna de las hijas de Roque dio positivo, pese a que tuvieron contacto con Pedro y otros ecuatorianos que dieron positivo en coronavirus, algunos hoy muertos. Roque considera que es milagro pues, había ofrecido su dolor para que ellas no se contagien.
Vida en gallada. Hoy es solo un recuedo en los migrantes
Su sobrino Pedro trabajaba en carpintería. Sus conocidos lo describen como un ser lleno de bondad, amor, humildad, responsabilidad. Sus sueños eran sacar adelante a su familia y disfrutar viendo crecer a sus hijos para regresar a vivir a Ecuador.
Amigos de Pedro han organizado una colecta vía Gofundme para ayudar a la viuda y sus hijos
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