Un Terminal Terrestre en la Llave del Oriente, era un pedido a gritos de los ciudadanos desde hace muchos años.
Un pueblo pujante, el primero de ingreso desde el Azuay, lo necesitaba de emergencia pues, había mucho desorden. Locales de comida en las calles, ciudadanos haciendo sus necesidades biológicas en los postes o paredes, buses a los lados de las calles ahogando con los vapores de los escapes a los transeuntes que caminan por las veredas y sin número de afectaciones, a mas de tener el orgullo popular por los suelos dado el aspecto de cantón de país subdesarrollado que mostraba.
En el 2018, finalmente, la adminstración del alcalde Freddy Torres, materializaba el sueño. Se construyó el terminal -en montos no publicados en cuentas informativas oficiales, que pese a ser pequeño, dado que no se consideró que la circulación vehicular aumentaría por 20 con la normailización de paso por la vía Gualaceo-Limón, era de diseño atractivo y funcional y daba valor agregado a la ciudad.
Sin embargo, a pasado mas de un año desde que el terminal empezó a operar y es un terminal fantasma o, como le dirían los burócratas: un elefante blanco.
A pasado un año desde su presentación, se gastaron cientos de miles de dólares y el terminal, no empieza a cumplir los objetivos por los cuales fue contruido.
El 6 de Noviembre del 2018, mediante la página ofical de Facebook de la municipalidad de entonces, se realizaba el lanzamiento de un video mostrando el flamante terminal y, los respectivos comentarios ciudadanos al respecto:
Clc photo para ver video
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